Artículo de Pablo Gosende
¿Qué son las bombas de racimo?
Una bomba de racimo, bomba de fragmentación,
bomba de dispersión o submunición es una bomba de caída libre o dirigida que
puede lanzarse desde tierra, mar o aire. Las bombas de racimo contienen un
dispositivo que libera un gran número de pequeñas bombas al abrirse. Estas
submuniciones pueden causar diferentes daños, como perforar vehículos blindados
con su carga explosiva, matar o herir a muchas personas de manera
indiscriminada con sus fragmentos de metralla o producir incendios.
Las bombas pueden estar programadas por la combinación entre altura y velocidad que determinan el área que cubrirán las submuniciones cuando el artefacto se abra o pueden solo dispersar en función de la altura a la cual se abre el contenedor.
Efectos en la población civil.
Las submuniciones esparcidas tienen una tasa de
fallo de entre el 5% y 30 %, por lo que pueden quedar bombas enterradas sin
explotar siendo peligrosas tiempo después de terminada la guerra, especialmente
a los niños por sus formas llamativas, como pelotas de tenis o latas de
refrescos.
¿Qué es la Convención sobre las municiones de
racimo?
107 estados negociaron y aprobaron la Convención sobre Municiones en Racimo en una conferencia diplomática celebrada en Dublín, Irlanda, en mayo de 2008. Establece nuevas normas para garantizar que dejen de emplearse las municiones en racimo y que se aborden los problemas causados por esas armas en el plano humanitario.
¿Cómo se definen las bombas de racimo en la
Convención?
Una munición en racimo es una munición
convencional que dispersa o libera submuniciones. Éstas son explosivos pequeños
(o “bombetas”) no guiados (cada uno pesa menos de 20 kilogramos), diseñados
para estallar antes del impacto, al impactar o después de haberlo hecho.
Las armas que contienen menos de 10
submuniciones explosivas no se consideran municiones en racimo, siempre que
cada submunición pese más de cuatro kilogramos, pueda detectar y atacar un
objeto que constituya un blanco único y esté equipada con un mecanismo de
autodestrucción y con un dispositivo de autodesactivación electrónicos. También
están excluidas las armas diseñadas para disparar bengalas, humo o pirotecnia,
así como las municiones diseñadas para producir efectos eléctricos o
electrónicos. La Convención no prohíbe ni restringe el recurso a esas armas;
sin embargo, su empleo se rige por las disposiciones generales del Derecho
Internacional Humanitario.
¿Qué dispone la convención?
La Convención establece una prohibición general
de las municiones en racimo; prohíbe su empleo, producción, almacenamiento y
transferencia. Además, prohíbe a los Estados miembros asistir, alentar o
inducir a terceros a realizar cualquiera de las actividades prohibidas por las
disposiciones del tratado.
Por otro lado, los Estados que poseen o que
están afectados por las municiones en racimo tienen la obligación específica de
destruir las reservas, eliminar los restos de municiones en racimo y prestar
asistencia a las víctimas.
¿Qué países no firmaron el convenio?
Entre los países que no están obligados a las
cláusulas del convenio destacan:
Estados Unidos de América, Rusia, China, India,
Irán, Pakistán, Turquía, Corea del Norte, Corea del Sur, Ucrania.
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