LA FORTALEZA DE HOHENSALZBURG. SALZBURGO


Vista desde la ciudad. Bellumartis


A 120 metros de altura vigilando la bella ciudad de Salzburgo se alza la fortaleza de Hohensalburg, sobre un promontorio rocoso a orillas del río Salzach. Debido a su posición estratégica tanto para el control de varias rutas comerciales continentales como para el acceso a la gran mina de sal de Hallein y al navegable  Danubio, su construcción se convirtió en un paradigma de la carrera técnico-militar que tuvo lugar entre los siglos XI al XVII.

La ciudad y los territorios colindantes pertenecían al Arzobispo de Salzburgo, formando parte del Sacro Imperio  Romano Germánico desde el siglo XIII al XIX. En 1077 debido que a las luchas entre el emperador Enrique IV y el papado, guerra de las investiduras, el Arzobispo Gebhard de Helfenstein mando la construcción de una torre empalizada en la cima de la colina. Durante la Edad Media para garantizar la protección del  obispado, la existencia de una torre defensiva servía para este propósito, pero tras la conocida como revolución militar que se produjo a finales del siglo XV se precisó de una renovación de las defensas de la ciudad con el fin de hacer frente a las amenazas de una posible expansión de los estados de Baviera y Austria y de sus modernizados ejércitos armados con armas de fuego y artillería.

En la reforma de Hohensalburg se utilizaron los últimos avances en materia defensiva descubiertos en la península italiana conocidos como traza Italiana, caracterizado por la construcción de baluartes y líneas defensivas en profundidad.

Maqueta del museo. Bellumartis

 Cuando Nicolás Maquiavelo escribió en 1516 su obra “El Arte de la Guerra” parecía pensar en esta fortaleza al decir que “cuando un ejército enemigo atacara la montaña estaría expuesto al fuego permanente sin obstáculos y sería demolido”. 

Iglesia de la Fortaleza. Bellumartis
El Arzobispo Leonhard von Keutscach (1495-1519), comenzó la modificación del recinto defensivo gracias a los ingresos de las minas de oro y sal. Su antiguo castillo se convirtió en un palacio fortificado, una joya del gótico tardío centroeuropeo, para dejar huella en esta maravillosa obra sembró su emblema por todo el recinto, el nabo se repite más de 50 veces. Su sucesor, Matthäus Lang von Wellenburg (1519-1540) en el año 1525 tuvo que hacer frente a una revuelta de los habitantes de la comarca de Hallein, debida a la subida de impuestos y a la conversión al protestantismo de la población montañesa. El arzobispo y sus fieles resistieron unas catorce semanas hasta que la Unión de Suabia decidió mandar refuerzos en rescate de la ciudad sitiada. Tras este asedio la fortaleza dejo de ser un palacio residencia para convertirse en una verdadera fortaleza militar, hecho que se muestra en algo tan significativo como que en el inventario muestra el cambio de la vajilla de plata por una de madera.

         Durante la Guerra de los Treinta Años el Arzobispo Paris Lodron decidió asegurar su neutralidad, para ello reforzó el flanco oeste mediante bastiones y cercó toda la ciudad, en palabras de un testigo convirtió Salzburgo “en un erizo armado”. Durante 27 años se transformó en refugio de fugitivos y del dinero de varios príncipes para ello equipó a la ciudad con más de 4.000 cañones y fusiles pesados, 1,2 millones de balas, 5.700 granadas de mano, 41.500 proyectiles de cañón, en definitiva “sic pacem para bellum”.

         Hasta mediados del siglo XVIII la ciudad era considerada por sus vecinos como inconquistable pero los excesos económicos poco a poco acabarían con su independencia. En 1800 tras la derrota austriaca en Hohenlinden las tropas de Napoleón avanzaron hacia las tierras arzobispales, el arzobispo decidió entregar la ciudad sin oponer resistencia, tras 700 años fuerzas extranjeras conquistaron la ciudad. Acabado el periodo napoleónico la ciudad paso a manos austriacas poniendo final a la independencia de la ciudad.

PARTES DE LA FORTALEZA
Detalle de la Muralla desde el foso. Bellumatis

Bastión del Foso de las Liebres: Para asegurar el acceso a la fortaleza se construyó en el siglo XII un muro de 4 metros de espesor que protege el flanco oeste. En 1500 se elevaron cuatro torres cuadradas como segundo nivel defensivo y a comienzo de la Guerra de los 30 años se añadió un tercer piso por lo que ningún atacante estaría a cubierto del fuego defensivo.

Corredor de Fuego: En 1498 al ampliar el edificio principal se reforzó la antigua muralla de circunvalación con un bastión oculto que cubre el acceso desde la ciudad mediante una serie de troneras.

Montacargas. Bellumartis
Bastión de Kuenburg: en 1681 con la construcción de este elemento se finalizó la construcción de la fortaleza, su objetivo era la defensa de la única entrada a la fortificación. Se alza entre el arco de Keuschach y la Torre del Alcalde con unos 45 m. de anchura y 30 de altura elaborado con sillares para reducir el daño de la artillería. Se debe destacar un interesante montacargas realizado en 1501 para subir las mercancías pesadas a la ciudad accionado mediante un malacate con tracción humana o animal. Solo cuatro hombres podían elevar 70 metros cargas de 3 toneladas en menos de 30 minutos.

Torreón de los disparos.
Bellumartis
Torreón de los disparos: en ella se sitúa el portal de los corceles, última barrera de acceso al patio de armas. Tres pequeñas ventanas situadas bajo las siete troneras nos llaman la atención, servían para lanzar granadas de mano sobre los asaltantes cuando accediesen al pórtico , función similar realizaban unos huecos en la bóveda del portal.

Edificio Principal: Como ya hemos visto en 1500 el tosco torreón medieval se convirtió en un precioso palacio gótico, con todos los lujos de la época. Destaca entre todas las estancias la llamada “Sala Dorada” decorada con madera tallada y policromada y unas valiosas estufas de cerámica del siglo XIV. Actualmente varias plantas forman parte del museo militar de las unidades de montaña tirolesas, prestando especial atención a la Primera y Segunda Guerra Mundial (http://www.wehrgeschichte-salzburg.at/ ).

patio de armas
Patio de Armas. Bellumartis

         Para finalizar una pequeña anécdota, en Austria a los salzburgueses se les conocía como lavatoros ya que según la leyenda durante el asedio campesino del XVI para mostrar que no carecían de alimentos, los sitiados paseaban todos los días su único toro pintando de distintos colores para engañar a los atacantes.

“La Fortaleza de Hohensalzburg. Salzburgo” por Francisco García Campa – Bellumartis Historia Militar.

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