En
la espléndida lámina de Sandra Delgado (Desperta Ferro AyM nº17),
se representan dos de los estereotipos de panoplia ibérica en la Antigüedad, en
el caso del guerrero en primer plano se trata del equipo típico del área de
Celtiberia y en el que está detrás, de los pueblos del Levante peninsular.
El
guerrero celtíbero porta una
panoplia ligera, propicia para el ágil y versátil combate que desarrollaban
estos guerreros, que combinaban lanzas pesadas, venablos y espadas. El escudo
es de tipo caetra, un escudo con
agarradera simple (el modelo que aparece en la imagen es muy característico de
Iberia) y umbo metálico. Tradicionalmente se creía, debido a las
representaciones artísticas, que se trataba de un escudo relativamente pequeño
aunque los estudios recientes que trabajan sobre los hallazgos arqueológicos nos
hacen pensar que eran escudos considerablemente grandes, no muy distintos a los
escudos redondos tardoantiguos y altomedievales...
El cinturón resulta
un elemento vinculado al ámbito guerrero, pesado y ancho, con banda de cuero y
una gruesa hebilla de bronce, en muchos casos con motivos zoomórficos. Estas
hebillas resultan marcadores eficaces a la hora de determinar la procedencia de
los hallazgos arqueológicos, pues se circunscriben a cada pueblo.
Pendientes
de un tahalí y envainados lleva los que probablemente sean junto con el casco
los elementos más significativos de los pueblos celtíberos: la espada de antenas atrofiadas (modelos de evolución autóctona con origen en las espadas latenienses, de hoja
pistiliforme y antenas cortas o inexistentes) y el puñal bidiscoidal (llamado pugiunculus
hispaniensis o puñalito hispano por los romanos y adoptado para dar el
característico pugio del periodo
tardorrepublicano e imperial).
Protege
su cabeza con un espectacular ejemplar de casco hispano-calcídico, un modelo
autóctono del área de Celtiberia probablemente evolucionado a partir de los
modelos italo-calcídicos o suritálicos introducidos por la vía del
mercenariado. Se trata de un modelo con nasal atrofiado, carrilleras móviles y
cubrenuca corto, fabricado en bronce con algunos elementos en hierro. Consta de
un adorno cenital para un penacho y dos laterales. Es posible que el adorno
principal se retirase en batalla.
El
guerrero íbero que aparece en segundo plano porta un equipo
similar, aunque el casco hispano-calcídico es sustituido por el más común (y
seguramente práctico) Montefortino,
sin carrilleras y fijado a la barbilla con un barboquejo de cuero. Presenta a
sí mismo un botón cenital para un adorno que en este caso se trata de unas
crines.
Por
espada ha optado por el modelo propio de su área: la falcata ibérica, que
aparece en este caso envainada con un cuchillo utilitario “afalcatado”. Se aprecia así mismo un elemento típico del guerrero
ibérico, asiduo a la combinación de tres lanzas en combate (una lanza pesada y
dos venablos, uno ligero y otro pesado), en este caso una jabalina pesada
fabricada íntegramente en hierro, denominada soliferrum. El empleo de la misma resultaría similar al pilum pesado romano, ser arrojada
previamente a recibir o efectuar la carga para inutilizar las defensas
enemigas.
“Guerreros
hispanos de los siglos III-II a.C.” Cesar Logares – Bellumartis Historia
Militar
Que tipo de guerrero eran los hispanos? Salvajes y desorganizados como vikingos o tácticos y organizados como romanos?
ResponderEliminarGracias
Hola, la respuesta es compleja ya que existen muchos estereotipos sobre la antgüedad. Por ejemplo los romanos en esta epoca, siglo II a.C., todavia no era la maquina perfecta de combate de la epoca imperial por lo que no combatia en esa perfecta formación a la que estamos acostubrados.
EliminarEn cuanto a los hispanos con claras influencias celtas, donde el combate individual era esencial como simolo de la valantia del guerrero, pero no significaba que fuesen unas hordas totlamente caóticas. Lo más seguro que tuviesen estandandates e intrumetos musicales para dar instrucciones, pero sobre todo como elemento psicológico de pertenecia al grupo.
Un buen libro sobre el tema es "Roma, Cartago, iberos y celtiberos" de Francisco Gracia Alonso