Sobre los campos de Cuenca se yergue orgulloso el Monasterio-fortaleza de Uclés, otra de las joyas olvidadas del patrimonio artístico militar español.
Este emplazamiento hunde sus raíces en la historia, sobre estos lares se encontraba un castro celtíbero. Pero serían los musulmanes los que dejaron una mayor huella hasta su gran reforma en el SºXVI. Siendo Al-Fath ben Musa ben Dhi-l-Num en el 893, al retirarse de Toledo convirtiendo a Uqlish en su capital, construyendo una nueva alcazaba en el 896.Tras varias décadas de dominio por parte de la familia ben Zennu, en el año 1024 el califa cordobés Mohamed III se resguarda en Uclés tras huir de una revuelta nobiliaria, donde murió envenenado por un cortesano.
Tras la toma de Toledo por Alfonso VI en 1085, pasa a manos cristianas temporalmente hasta la Batalla de Zalaca cuando vuelve a manos moras. El rey de Sevilla Almotamid ben Abbad nuevo señor de Uclés, lo entrega como dote de su hija Zaida tras su enlace matrimonial con Alfonso VI, existen dudas sobre si el matrimonio fue legal o solo fue su concubina. De esta unión nació el infante Sancho que protagonizaría uno de los momentos más destacados de la historia de esta población...
El 29 de mayo de 1108 se libro la Batalla de Uclés, enfrentándose las tropas de Castilla y las almorávides de Ali ibn Yusuf. Los castellanos fueron dirigidos por el joven infante Sancho, y Alvar Fañez junto con siete nobles castellanos. Tras la derrota los cristianos se resguardan en las murrallas de Belinchón, pero los musulmanes que poblaban esta villa se rebelaron y asesinaron al infante. Mientras el castillo de Uclés permanecía en manos cristianas, debido a que los moros carecían de armas de asedio para tomarla, decidieron usar la ardid de una falsa retirada. Los cristianos creyéndose a salvo abandonaron las murallas en búsqueda de un lugar más seguro fueron atrapados en una emboscada, y tomaron la plaza.
El 29 de mayo de 1108 se libro la Batalla de Uclés, enfrentándose las tropas de Castilla y las almorávides de Ali ibn Yusuf. Los castellanos fueron dirigidos por el joven infante Sancho, y Alvar Fañez junto con siete nobles castellanos. Tras la derrota los cristianos se resguardan en las murrallas de Belinchón, pero los musulmanes que poblaban esta villa se rebelaron y asesinaron al infante. Mientras el castillo de Uclés permanecía en manos cristianas, debido a que los moros carecían de armas de asedio para tomarla, decidieron usar la ardid de una falsa retirada. Los cristianos creyéndose a salvo abandonaron las murallas en búsqueda de un lugar más seguro fueron atrapados en una emboscada, y tomaron la plaza.
El rey Lobo de Murcia nuevo señor el castillo de Uclés, lo entregará en permuta a Alfonso VII, el Emperador a cambio de Alicum, en Baza. En 1157, reinando en Castilla Sancho III el Deseado, los cristianos tomaron posesión definitiva de las tierras de Ucles, dejando para el pasado la dominación de la media luna.
Muy pronto los reyes castellanos creyeron que estas tierras debían ser controladas por los guerreros de Cristo. En 1163 fueron dadas en protección a los Caballeros de San Juan (hospitalarios), pero poco después decidió donarlas a la Orden de Santiago. En Arévalo, el 9 de enero de 1174, Alfonso VIII, y su esposa Leonor de Inglaterra, entregaba el castillo y la villa de Uclés, y las tierras de Huete. A finales de mes la bandera de Santiago ondeo flamante en la torre de homenaje de la fortaleza de Uclés, uniendo así su destino a la de la orden santiagueña. Debido a su situación central entre las distintas posesiones de la orden militar pronto comenzó a denominarse como “caput ordine” siendo después el convento mayor. El prior de Uclés tenía el gobierno espiritual de toda la Orden. Posteriormente se dividió esta jurisdicción al formarse el priorato de San Marcos de León. En este monasterio además se guardaba el sello de la Orden y el pendón llamado santo, bendecido en 1175 por el papa Alejandro que fue renovado en tiempos del maestre don Fernando Osórez y bendicido por el Papa Gregorio XI en el año 1376.
El monasterio era triple, debido a las tres clases de miembros de que constaba la Orden: la de los caballeros casables, algo exclusivo de la Orden de Santiago; la de los caballeros estrechos, de vida más rigurosa, que profesaban el celibato y vivían en comunidad; la de los canónigos regulares o monjes santiaguistas que se destinaban a la celebración del culto, a la asistencia espiritual de los demás miembros
Vista occidental, Monasteio y torre del homenaje |
Durante siglos los maestres gobernaron la Orden desde su fortaleza-monasterio, con disputas sucesorias que llevaron en algunos casos a la división hasta que los Reyes Católicos en 1493, por Bula del Papa Alejando VI, pasó a ser administrada por la corona.
Los cambios en la Orden y en España, hace que el lugar pierda el valor militar estratégico, y se convierta en un lugar más religioso y simbólico. El antiguo convento situado dentro de las murallas es abandonado y se comienza la construcción del actual, bajo las ordenes del prior Don Pedro García de Almaguer el 7 de mayo de 1529. El edificio fue diseñado por Enrique Egas y la ejecución de la obra corresponde a los siguientes maestros: Francisco de Luna, Gaspar de Vega, Pedro Tolosa, Diego de Alcántara y Bartolomé Ruiz.
El maestro Gaspar de Vega, dirigió la construcción del ala oriental del edificio, que mira a la villa de Uclés, en la cual irían el refectorio con sus dependencias, la sacristía y la capilla mayor de la iglesia, la cual tendría sus pies al poniente y se terminarla mucho después, Realizando esta sección en estilo protorrenacimiento o plateresco.
Para su realización se utilizaron piedras extraídas del yacimiento romano de Segóbriga (Cabeza del Griego), propiedad desde el siglo XIII de la orden. Así las paredes del refectorio resultaron adornadas de sepulturas con inscripciones romanas, algunas se pueden ver en el exterior.
Para su realización se utilizaron piedras extraídas del yacimiento romano de Segóbriga (Cabeza del Griego), propiedad desde el siglo XIII de la orden. Así las paredes del refectorio resultaron adornadas de sepulturas con inscripciones romanas, algunas se pueden ver en el exterior.
Hacia el 1530, Andrés de Vandelvira, dirigía las obras del refectorio monacal. Con un magnifico artesonado tallado en madera de pino melis, con los retratos de los principales maestres y de Carlos V.
Abside |
Tras de Gaspar de Vega, se encargó de la dirección Pedro de Tolosa, en 1577, y posteriormente Diego de Alcántara y Bartolomé Ruiz. Pero será Francisco de Mora, que había trabajado en El Escorial al lado de Herrera, quien construye la iglesia con todos los elementos Herrerianos, lo que ha dado a todo el edificio el apodo de Escorial de la Mancha.
La iglesia de una sola nave y crucero, con una serie de capillas laterales, comunicadas entre sí, formando como dos naves laterales. Es de líneas netamente clásicas, suavizando así la austeridad herreriana. Destaca la cúpula del crucero, diseñada por Antonio Segura y finalizada en 1598. Con linterna y apoyada sobre pechinas decoradas con buenas pinturas que representan los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel y el Ángel de la Guarda. Protegida al exterior por una torre con balaustrada y chapitel cubierto de pizarra. La iglesia cierra el edificio por el norte. También la fachada oeste del monasterio y los aposentos a ella correspondientes fueron planeados por Mora.
El patio y la escalera principal se construyeron a mediados del siglo XVII. El patio tiene doble claustro, estando el bajo formado por treinta y seis arcadas de medio punto sostenidas por pilares cuadrangulares. Con una ornamentación sencilla, salvo la clave de cada arco con distintos motivos. El superior cerrado con balcones. En el centro un aljibe con decoración barroca.
La escalera principal, que en su segundo cuerpo se divide en dos alas. El frente se enriqueció en el siglo XVIII con un cuadro de Antonio González Ruiz, que representa la batalla de Clavijo.
De esta época data el retablo mayor de la iglesia obra de Francisco García Dardero. Está formado por seis grandes columnas de orden compuesto, sosteniendo una gran comisa, de la que arranca la bóveda de media esfera, dividida en cinco gajos con pinturas que representan la pasión y glorificación del Señor. Imágenes de San Agustín, escribiendo la regla de la Orden y de San Francisco de Borja, que tomó el hábito santiaguista en este convento se sitúan en los intercolumnios. Un cuadro de Francisco Ricci, de Apóstol sobre blanco caballo, derrotando a los moros. El retablo, desapareció en la Guerra Civil del 36, En la restauración del monasterio se puso un retablo de escayola copia del original.
Facaha principal, sur |
Torres del Homenaje y de Plata |
Bibliografía:
- wikicommons
alucinante e increíble la documentación, gracias por la info me pasaré por allí a ver si me empapo esta vez mas después de lerte
ResponderEliminarFRacias por tu apoyo, te recomiendo seguir el blog (blogger,face,twiter), por si acaso te interesan otros articulos
EliminarCuanta historia en cada detalle, es increible. Ya no hacemos construcciones asi...que pena.
ResponderEliminarCuidemos lo que nos queda de nuestros antepasados.
Hay tanto que conocer...tanto que ver...tanto que visitar.
ResponderEliminarUna vida es poco tiempo!
Gracias, amigo!